La reacción de México ante el anuncio de Trump sobre los aranceles al acero y aluminio dependerá de varios factores estratégicos y de experiencias pasadas. Basándonos en lo sucedido en el primer mandato de Donald Trump (2017-2021), cuando implementó medidas similares, podemos prever los siguientes escenarios:
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Respuesta Diplomática y Negociación.
En 2018, cuando Trump impuso un arancel del 25% al acero y 10% al aluminio bajo la Sección 232, México respondió con contramedidas arancelarias a productos estadounidenses, como manzanas, queso y whisky. En 2019, tras negociaciones, EE.UU. eliminó estos aranceles para México y Canadá.
Posible reacción actual:
- México podría seguir una estrategia similar, negociando una exención antes de tomar represalias.
- La presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo (liderado por el secretario de Economía Marcelo Ebrard) probablemente buscarán una salida diplomática antes de aplicar contramedidas.
- México podría presionar en el marco del T-MEC, argumentando que la medida es injustificada y buscando apoyo de Canadá y otros aliados.
Aplicación de aranceles de respuesta.
En el pasado, México impuso aranceles a bienes sensibles de EE.UU. para presionar a sectores clave que influyeran en el gobierno estadounidense. Esta estrategia podría repetirse, golpeando productos como carne de cerdo, maíz, lácteos o manufacturas, sectores donde México tiene capacidad de impacto.
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Posible reacción actual:
- Si la negociación inicial fracasa, México podría implementar aranceles espejo o apuntar a estados clave en la política estadounidense, como lo hizo con productos agrícolas de Texas y Wisconsin en 2018.
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Diversificación comercial y mayor relación con otros socios
En su primer mandato, el presidente Trump promovió medidas proteccionistas que incentivaron a México a buscar nuevos mercados en Europa y Asia. Empresas mexicanas del sector del acero podrían aumentar exportaciones a Brasil, la UE y China, aunque el mercado estadounidense sigue siendo clave.
Posible reacción actual:
- México podría acelerar acuerdos comerciales con otros países para reducir la dependencia de EE.UU.
- En el corto plazo, el gobierno podría apoyar fiscalmente a las empresas afectadas, mientras busca resolver la disputa.
Seguridad y migración como moneda de cambio
En 2019, Trump amenazó con imponer aranceles del 5% a todos los productos mexicanos si México no detenía la migración. México reforzó la seguridad fronteriza y desplegó la Guardia Nacional, logrando que EE.UU. retirará la amenaza.
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Posible reacción actual:
- México podría usar el control migratorio y la cooperación en seguridad como herramienta de negociación, ofreciendo medidas más estrictas en la frontera a cambio de la eliminación de los aranceles.
Posible escalada y disputa en el T-Mec
México podría presentar una queja formal bajo el T-MEC, argumentando que los aranceles violan acuerdos comerciales. Un proceso de este tipo llevaría tiempo, pero podría darle a México margen de maniobra para evitar represalias inmediatas.
Posible reacción actual:
- Estrategia inicial: México apostará por la negociación diplomática con EE.UU., destacando la relación comercial estratégica y ofreciendo cooperación en otras áreas.
- Si no hay avances: México podría imponer aranceles de represalia, intensificar la diversificación comercial y presionar a nivel del T-MEC.
- En última instancia: México podría usar seguridad y migración como moneda de cambio, como lo hizo en el pasado para evitar medidas más severas.
La clave será cómo responda el gobierno de Sheinbaum ante la postura agresiva de Trump, buscando un balance entre proteger la economía mexicana y mantener una relación estable con EE.UU.