A partir de mañana 2 de abril de 2025, entrará en vigor un nuevo paquete de aranceles comerciales impulsado por el Gobierno de Estados Unidos, que promete desencadenar repercusiones profundas en la economía global. México, como socio estratégico y dependiente del comercio con el país vecino, enfrenta un escenario adverso con serias implicaciones para su crecimiento económico, estabilidad cambiaria e inversión extranjera.

Medidas sin precedentes que alteran el equilibrio comercial
Entre las disposiciones más relevantes se encuentran:
• Aranceles recíprocos dirigidos a igualar las tarifas impuestas por terceros países, incluyendo México.
• Gravámenes del 25% sobre acero, aluminio, automóviles y autopartes, afectando directamente a industrias clave del país.
• Fin de las exenciones para productos conforme al T-MEC, lo que elimina los beneficios previos para exportaciones mexicanas.
• Penalizaciones indirectas mediante aranceles a países que comercian con Venezuela, ampliando el espectro de afectación comercial.
Impacto inmediato en la economía mexicana
Las nuevas medidas afectan directamente sectores como el automotriz, agrícola, manufacturero y de construcción. De acuerdo con análisis recientes, se anticipa:
• Reducción del PIB mexicano, debido al descenso en exportaciones clave.
• Aumento de la inflación, producto del encarecimiento de bienes importados.
• Disminución de la inversión extranjera, ante la creciente incertidumbre comercial.
• Depreciación del peso frente al dólar, impactando el poder adquisitivo de la población.
Riesgo de una recesión económica regional
Economistas advierten que las nuevas políticas podrían marcar el inicio de una guerra comercial de gran escala, afectando las cadenas de suministro, elevando los precios al consumidor y deteriorando la confianza de inversionistas. El mercado financiero ya refleja este nerviosismo, con caídas en los índices bursátiles y desplazamientos hacia activos refugio.
Llamado a la acción
El Gobierno de México, así como los sectores productivos y empresariales, deberán implementar medidas urgentes de mitigación y fortalecimiento del mercado interno. A la vez, se hacen necesarios esfuerzos diplomáticos para renegociar condiciones y evitar una escalada que lleve a consecuencias más severas.